viernes, 28 de diciembre de 2012



Capítulo 3.

La señora después de un momento le dijo a Sofía:
-Mira, la estación de autobuses está a cinco minutos de aquí. Tenéis que seguir recto, después, girar a la derecha, y veréis un gran letrero que ponga: VIPS, mmm, después, giráis otra vez vez a la derecha y allí estará la estación de autobuses.
-Muchas gracias, señora.-Dijimos Sofía y yo en coro.
-No hay que darlas.-Dijo la señora muy alegre.-Bueno, chicas, adiós.
-Adiós.-Dijimos a la vez.
Después de seguir las indicaciones de aquella señora por fin llegamos a la estación de autobuses. Nos compramos los billetes para ir a Bilbao. En una hora y media salía nuestro autobús, así que decidimos ir a comer al Mc´Donalds.
-__________, nunca pensé que me fuera a encontrar contigo o con alguien que tuviera el mismo sueño que yo…-Dijo Sofía alegremente.
-Sofía, yo tampoco pensé eso…nunca había tenido una amiga Belieber…las que yo creía que eran mis amigas me dejaron marginada solo por ser Belieber… Mis padres no me entendían…-Dijo ___________ casi llorando.Estuvimos un buen rato hablando y en cuanto nos dimos cuenta, era ya la hora de irse al autobús. Llegamos y aun no nos podíamos creer que cuando bajáramos del autobús nuestro sueño por fin se abría cumplido…
Después de un largo rato en el autobús, nos quedamos durmiendo. Cuando despertamos el conductor nos avisó que ya quedaba poco tiempo para llegar a Barcelona… Las dos nos miramos rápidamente y gritamos a la vez.
-¿¡En Barcelona!?
-¿Pe…pero este autobús no iba a Bilbao?-Balbuceé.
-No, este es el de Barcelona…-Dijo el conductor.
-¡No puede ser!- Gritó Sofía mientras me miraba.
No podía ser, era todo demasiado bonito para ser cierto…No había en el mundo peor suerte que la nuestra…Aunque al menos nos conocimos…Era lo único buena que había en mi vida, a excepción de Justin Bieber y de mi enorme familia, mis hermanas, mis Beliebers…
-¿Y ahora que hacemos?-Pregunté sin ninguna idea en la cabeza.
-No tengo ni idea…cuando lleguemos a Barcelona podríamos mirar si hay autobuses que lleguen hasta Bilbao…da igual todos los autobuses que tengamos que coger…todo por él…por nuestro ídolo…
-Sí, haremos eso…Nada más llegar buscaremos una estación de autobús.
Al cabo de treinta minutos, más o menos, llegamos.
Caminamos por toda la ciudad. Estaba preciosa, llena de adornos de Navidad, ya que se acercaba Nochebuena. Al pasar por delante de las casas nos poníamos tristes; ya que veíamos a todas esas familias reunidas cenando. Era muy triste verlo, nuestras familias debían de estar muy preocupadas, pero es que el dolor que me habían hecho sentir era muy grande. Y perdonarlos me resultaría muy difícil…
Esa noche vimos un niño pequeño en un parque cerca del centro de Barcelona. Llevaba una pelota y estaba jugando con ella. Era demasiado de noche hacía demasiado frío para que un niño tan pequeño estuviera allí, solo. Así que nos acercamos.
-Hola, ¿cómo te llamas?-Preguntó Sofía.
El niño agacho la cabeza.
-Yo me llamo__________ y ella es Sofía, ¿qué haces aquí tú solo?
-…Hola, me llamo Daniel-Dijo al fin tímidamente
-¿Y por qué estás aquí solo?
-Me escapé de casa, mi hermano me quitó mi juguete favorito y no me lo quería devolver…
No me lo podía creer, por un simple juguete se había escapado de casa…
-¿Dónde vives?- Le pregunté.
-¿Por qué?, no quiero volver a casa…-Respondió mientras una pequeña lágrima le recorría la mejilla.
-Pero tus padres deben de estar muy preocupados, te estarán echando de menos…-Le decía Sofía mientras me miraba y se le caía a ella otra lágrima.
Al verla llorar y al pensar en lo que le estaba diciendo ella, me acordé más aún de mi familia y también me puse a llorar. Sí, tenía que admitirlo, la echaba de menos…
Sofía siguió…
-¿Tu quie…tú quieres a tu familia?- Preguntó con voz temblorosa a causa de que estuviera llorando.
-…Sí…-Respondió.
-Entonces, ¿a qué esperas para volver a tu casa?-Daniel no dijo nada.-Así que, ¿dónde vives? Te acompañamos…
Daniel se levantó, abrazó a Sofía y le cogió de la mano para guiarla hacia su casa.
Al cabo de diez minutos llegamos. Daniel traqueó la puerta y una mujer salió corriendo a abrazarlo.
-¿Dónde te habías metido? Nos tenías a tu padre y a mí muy preocupados.
Poco después de decir eso salió un hombre y también lo abrazó.
-Hola, perdona, yo soy Sofía y ella es __________, y nos encontramos a su hijo en un parque, le convencimos para que volviera a su casa, con su familia…
-¡Muchas gracias, os lo agradecemos mucho!- Respondió esa mujer, que era su madre antes de darnos un abrazo a cada una.
-¿Cómo podríamos agradecéroslo?- Preguntó su padre.
-No hay de que, no hace falta que hagáis nada…- Respondí yo.
-¿Y que hacéis vosotras dos a estas horas por aquí?-Preguntó su padre.
Le dijimos lo que nos ocurrió con la confusión del autobús y que no teníamos ningún lugar donde dormir. Nos ofrecieron cenar y dormir allí esa noche a cambio de que lleváramos a su hijo de vuelta a su casa. Le dijimos que sí, no había que rechazar una oportunidad como aquella…
Cenamos y después nos llevó a la habitación de invitados.
Aquella noche lo pasé muy mal…estuve casi toda la noche llorando, echaba de menos a mi familia. Me puse la música del móvil para intentar dejar de pensar en ello. Justo antes de dormirme se puso la canción “Never Say Never” Y justo con esa canción conseguí dormirme…Las últimas palabras que escuché antes de dormirme fueron las del título de la canción…


Esperamos que os guste :D

PRIMER CAPITULO




Hola, me llamo ________, soy una Belieber, la mayor Belieber que ha habido en toda la vida, aunque bueno, eso diría cualquier Belieber…Y esta es mi historia.
Tenía la habitación forrada con pósters de Justin Bieber, en la mesita de noche tenía un joyero de él echo por mí misma, tenía todos sus discos, pulseras, collares, llaveros de él, camisetas, el fondo de la pantalla del ordenador y de mi móvil era él... Vamos, que si no habían inventado algo de él, yo lo hacía.
Pero aunque tuviera todo eso, no tenía nada. Veréis, me pasaba el día hablando de él: con mis amigas, con mis padres, con mi hermana, hasta con mis primas. Mis amigas no paraban de criticarlo y yo lo defendía, hasta que un día me hicieron una propuesta: si quería seguir siendo sus amigas, tenía que dejar de hablar de Justin Bieber ¡para siempre!, pero claro, mi pasión por él era inevitable, así, que a partir de ese día no volví a hablar ni a verme con ninguna de ellas… Me quedé sin amigas…Luego llegaron mis padres. Estaban hartos de que siempre estuviera poniendo sus canciones y de que no parara de hablar de él, así que ellos también se pusieron a criticarlo y también me enfadé con ellos. Después llegó mi hermana. Decía lo mismo que mis padres, y también dejé de hablarme con ella. Y mis mejores primas, con las que nos lo contábamos todo, pasaban de mí. En mi clase todos me marginaban… Me quedé sola.
Me pasaba las tardes encerrada en mi cuarto escuchando música de Justin Bieber. En ese momento mi único deseo no era tener a todas mis amigas y a mi familia, ya que me habían decepcionado, era poder conocer a Justin Bieber, ir a un concierto de él. Pero cerca del pueblo en el que yo vivía nunca había venido. No tenía ninguna oportunidad. 
Un día fui yo quién me harté y decidí cumplir mi sueño. Esa misma noche me escapé de casa.
Cogí la mochila más grande que encontré y metí dentro todas las cosas que creí necesarias, incluido todo el dinero que tenía ahorrado. Salí sigilosamente de mi casa y cerré la puerta haciendo el mínimo ruido. En ese momento recordé a todas esas personas que habían sido tan crueles conmigo. No se como podían haberme echo eso… ¡Hasta mis padres!
Fui a la estación de autobuses más cercano y compré un billete hasta lo más lejos que pudiera llegar ese autobús.
Subí al autobús y estaba prácticamente vacío, ya que eran las doce de la noche, sin contar una anciana que iba con un niño que parecía ser su nieto y un hombre al final del todo. Me senté en los primeros asientos para que el conductor me avisara cuando llegara al destino que me propuse.
-Perdona, señorita…
Abrí los ojos, ¡Me había quedado dormida! Un señor mayor me estaba llamando.
-¿Dónde estamos?- Pregunté indecisa.
-Eres la única que queda en el autobús, ¿Cuál era su destino, señorita?
-¿Qué? No puede ser, le dije al conductor que me avisara cuando llegáramos…
-El conductor soy yo, hace una hora más o menos que el otro conductor me cambió el turno…
¿Qué? ¡No podía ser! ¡Había perdido la oportunidad! Ya nunca llegaría a Bilbao, la ciudad donde mi ídolo, la persona que me enseñó a creer, a no rendirme nunca, iba a actuar en dos meses. Pero claro, también me enseñó a decir: Nunca digas nunca, así que, tenía que llegar fuera como fuera…
-¿Y ha acabado ya su turno?- Pregunté con la voz temblorosa.
- Me temo que sí…
Bajé corriendo del autobús y eché a correr hasta donde las piernas me aguantaran. 
Me moría de sueño, pero tenía que aguantar. Ni siquiera sabía en que pueblo me encontraba, estaba totalmente perdida… No sabía hacia donde correr…
De repente, vi una enorme y luminosa luz, me paré y me fijé bien. Había unas letras, pero las veía borrosas debido a mi sueño. Por fin pude verlas, ponía: Acogida de necesitados. Me asomé a la puerta y había mucha gente haciendo cola para que le dieran de comer. Decidí entrar. Una mujer se acercó a mí.
- Hola, jovencita, ¿desea algo?
-Hola, verás, estaba buscando un sitio donde poder pasar la noche, mañana a primera hora me iré, ¿podría quedarme aquí?
- Por supuesto, mire, le acompañaré a las habitaciones. 
- Muchas gracias.
- No hay de que, para esto estamos. Y, por cierto, ¿qué le trae por aquí a una jovencita tan guapa?
- Es una larga historia, preferiría no contársela, si no le molesta…
Si se enteraba que me había escapado de casa, llamaría a mis padres o a la policía, así que preferí callar y no arriesgarme…
- No, por supuesto que no me importa, no quiero ser cotilla.- Se rió y me hecho una bonita sonrisa.
Me acompañó hasta unas habitaciones, de camino, por un estrecho pasillo que había para llegar a las habitaciones, me encontré con muchas personas que iban mal vestidas, vagabundos… Me dio tanta pena ver a todas esa personas allí, sin un hogar, y yo, que tenía uno, lo estaba desperdiciando; pero no era porque yo quisiera, era porque ya no podía aguantar más allí, en mi casa, en mi pueblo, con todo el mundo criticándome, sin amigos, sin una familia que me quiera, y solo por tener un ídolo, una persona que amaba, que yo sepa, el amor no está prohibido. Uno no decide enamorase, ocurre sin más…
Le di las gracias a aquella mujer tan amable y me dejó sola en una habitación, en la que había tres camas más aparte de la mía, la que yo iba a dormir.
Me dormí. Al rato, oí un ruido. Abrí los ojos y la mujer que me acompañó a la habitación estaba allí, en la puerta de la habitación con una chica de 15 años más o menos. La chica se acostó en una de las otras camas y me di cuenta de que estaba mirándome. Me arriesgué y le saludé.
-Hola…
La chica se metió bajo las sábanas. Volví a intentarlo.
-Hola, me llamo ________, ¿y tú?
Hubo un breve silencio y al cabo de unos segundo. Por fin respondió.
-…Hola, Sofía, me llamo Sofía…-Dijo tímidamente.
-Pues encantada de conocerte, Sofía.




SEGUNDO CAPITULO



Estuvimos un par de horas hablando, contándonos por que habíamos decidido escaparnos. Sí, Sofía era maja. También me contó cual era su destino, y no me pude creer cual fue su respuesta: Me gustaría llegar hasta Bilbao, es más, lo voy a conseguir. Era la mejor noticia que había recibido hasta ahora. Por fin tenía una persona en la que confiar, una amiga, una hermana.
Un rayo de sol en mi ojo que se colaba por la ventana me despertó. Abrí los ojos y Sofía no estaba en su cama.
Me levanté corriendo, ya que habíamos planeado hacer realidad nuestro sueño juntas.
Llegué al comedor, y allí estaba, sentada en una mesa desayunando.
Me acerqué a ella y le saludé.
-Buenos días.
-Buenos días, dormilona.-Me respondió antes de soltar una carcajada.
-¿Qué hora es?-Pregunté asustada al llamarme “dormilona”.
-Son las 9:00.-Contestó.
-¿Las nueve? ¿No habíamos quedado en salir a las 8:00 de aquí?
-Ya, pero anoche te vi tan cansada y esta mañana aún seguías durmiendo que me daba pena despertarte, pero tampoco iba a dejarte aquí sola e irme sin ti; no, yo no hago eso a mis hermanas…
En ese momento solo quería abrazarla y darle las gracias, no me había abandonado… y en ese momento me sentí la chica más feliz de todas.
-¡Ah! ¡Muchas gracias!- Le dije mientras le abrazaba.
-¿Gracias? ¿Por qué? 
-Por no abandonarme.
Me sonrió.
 Desayunamos rápido y empezamos a caminar hasta encontrar Otra estación de autobuses. Después de caminar un rato y de preguntar a varias personas, por fin encontramos una señora que iba caminando con una bebé  Sofía y yo salimos corriendo de tras de la señora para preguntarle si sabia una estación  de autobuses
-Hola  - le dijo Sofía  a la señora
La señora se giro y vio a Sofía 
-Hola - respondió  aquella señora
- Señorita una pregunta , sabes donde se encuentra la estación de autobuses ? - le pregunto Sofía a aquella señora
- mmmm déjame pensar un momento que en este momento no me acuerdo muy bien- respondió aquella señora
-  vale - respondió nerviosa Sofía
________________________________________________________________________

LO SIENTO CHICAS YA SE QUE EL CAPITULO ES CORTO PERO ESQUE AHORA MISMO NO TENGO MUCHO TIEMPO PARA  SEGUIR ESCRIBIENDO ... OS LO PROMETO EL PRÓXIMO CAPITULO SERA MAS LARGO... POR FAVOR PEDIR SIGUIENTE GRACIAS XD